Iñigo Rosco

Ahora podemos decir que era un niño multitarea aunque claro, por entonces sus profesores no lo veían así. Quizás por eso, y por pintarrajear los libros de texto, era habitual encontrárselo por los pasillos.

Quién iba a decir que acabaría haciendo de ello su profesión. La de dibujar, no la de ser expulsado de clase. Poco a poco, dibujo a dibujo, va perfeccionando su estilo hasta que a los 17, y recién comenzados sus estudios de diseño, le llegan los primeros encargos.

A los 23 monta su primer estudio atreviéndose ya, y con el bagaje profesional y académico adquirido, con proyectos de Diseño Editorial, Imagen Corporativa, carteles….

El mundo de las Agencias de Publicidad se fija en su trabajo, continuando su carrera en varias de ellas como Director de Arte hasta que, a principios de 2005 y junto a dos socios, pone en marcha un nuevo proyecto: Herederos de Rowan. Trabajos y clientes de prestigio, premios y reconocimientos, consolidan una carrera a la que, aún, le queda un largo recorrido.

Dentro del caos aparente, fluye un proceso creativo que se alimenta de una búsqueda incansable de materiales gráficos en cualquiera de sus formas: revistas, libros, carteles, fotografías… tanto para documentarse como para trabajar con ellos. De ahí que sus collages sean la plasmación de ese aprendizaje continuo y de la obsesión por los métodos tradicionales en el campo de la gráfica.

Pero la inquietud, y las inquietudes, de la infancia siguen ahí, con más fuerza si cabe, así que a esta búsqueda continua de nuevos caminos se van sumando disciplinas como lilustración, fotografía y, en los últimos tiempos, la pintura.

Obras